Mediocridad y saber estar

No voy a escribir sobre música, sino lo que gente estúpida pseudo culta, con ascendente pueblerina y una profunda parálisis mental es capaz de hacer con un grande.

Veamos, no se como abarcar tanta imbecilidad, solamente puedo decir que tuve verdadera vergüenza ajena de mis conciudanos, y que leches, tuve ganas de bajarme a pegar patadas en pechos. Resulta que el pasado domingo, 6 de junio, el bluesman vivo más influyente en el mundo del blues (B.B. King) fue asaltado por admiradores de rastrillo y espiga en boca. En 2006, por problemas de salud decicidió dejar los escenarios, es normal para un hombre con 81 años. Pero como dijo uno de sus actores favoritos interpretando a James Bond (Sean Connery), "Nunca digas nunca jamás". Así que decidió hacer una gira 4 años más tarde. He tenido el privilegio de verlo en las dos ocasiones. Una en San Javier, y la otra en el auditorio de Murcia. La cuestión es que es un hombre mayor, que ayudado por sus pipas y sus músicos, es postrado en una silla para poder hacer de su música nuestro deleite. Pero los problemas empezaron cuando enchufó a su querida Lucille. Comenzó a hacer un berrido de moscardón y provocó el asombro de BB King que dijo "Oh, Lucille bites" (Lucille muerde). Supongo que el técnico de sonido debió nacer sin oídos porque entre el revuelo de moscardón y los bajos tremebundos que predecían el final del mundo en una de las salas con mejor acondicionamiento acústico del panorama nacional, vibramos con una banda de músicos bestiales, pero ligeramente ennegrecidos por esas tonterías (que nadie piense que soy racista xd). Bien, bien, pero lo mejor estaba por llegar. La banda hizo vibrar al público, músicos que a sus 30, 40, 60, 70 y 85 años bailaban y se movían como dioses de goma. Esto ya calentó el salón para lo siguiente. Cuando estaba en el punto álgido de la noche interpretando una canción popular, el bueno de Blues Boy se dispuso a repartir púas a sus fieles, con tan mala suerte de no saber que tenía frente de sí a cabestros que iban a empotrarlo. Dado que el escenario es largo, muchas de las púas no llegaban al público, y en un acto de rebeldía contractual entre músico y público se subieron como en la verbena del pueblo a coger unas cuantas pa' sus churumbeles y hamijos. Y claro, ya que estaban encima del escenario pues le damos la mano ar' BiBi Kin' que paece majo er viejecico eh'te. Total, que si uno en el pueblo tiene la polla grande el otro más, así que pensaron que antes de irse de cervezas con un señor al que le cuesta un esfuerzo horrible estar donde está, pues que había que conocerlo y tos a darle la mano, presentarle a su mujer y enseñarle la foto de sus hijos de la cartera. Y todo esto mientras la banda SEGUÍA TOCANDO!! ¿¿¿En que mundo vivimos??? Total, que entre pipas y azafatas, intentaron echar a las cabras personas del escenario, pero se siguieron cagando y pegando brincos por doquier, les faltó hacerse un bocata de chorizo ahí encima. En vista de esto, con más razón que dos santos, a BB King y a sus pipas se le hincharon las narices y sin terminar la canción huyó del escenario, dejando a su banda terminar de mala manera esa mas que aguada fiesta.

Ni "bises" ni hostias, no sabía yo que una puñetera púa y un estrechón robado de mano valiera más que ver a una leyenda viva de la música como bien se merece... disfrutando con su música.

Una foto inédita y de mala calidad, del comando "Vamos a joder un concierto por el coño de mi madre":


Y como me sabe mal no dejar nada de música, un poco de BB King para esta entrada:

"Why I sing the blues"